Acaba de culminar el Torneo Sudamericano preinfantil (sub-13) y de la categoría novicio (sub-11) en su primera edición (el 2010 fue sub-10). El Perú al ser anfitrión, contó con inscripción doble en el número de jugadores en relación con los equipos extranjeros (8 en vez de 4 según género). Sin embargo, debido a las bases, Perú participó solo con 4 jugadores en la prueba por equipos la cual duró los 2 primeros días (miércoles 20/6 y jueves 21/6). Este ordenamiento respondió a una serie de controles internos (3) realizados durante el proceso de preparación de los seleccionados, sin precedentes en su duración (6 meses, de enero a junio). El ordenamiento de los jugadores pre-infantiles luego de los controles quedo así, siendo únicamente los 4 primeros lo que participaron en el evento por equipos:
Como referencia anexamos el orden de acuerdo al selectivo de diciembre 2011: (Cuantos cambios entre uno y otro, no? Al parecer el entrenamiento secreto de casi 6 meses de la anterior entrenadora brasileña, renunciante a pocos días del torneo, (¿consideran correcto un abandono así?) no le hizo bien a más de uno) En los eventos por equipos sub-13, Perú alcanzó la medalla de plata en Damas en tanto que en Varones no clasifico en su serie. El grado de participación en ambos equipos fue de 75%, puesto que la raqueta 4 en ambos casos no disputó ningún encuentro. En las categorías novicias (sub-11) en damas la participación fue de 50% (2 jugadoras no disputaron ningún encuentro). En varones las raquetas 3 y 4 disputaron un único encuentro de dobles. De este modo durante el evento por equipos, de un universo de 32 jugadores (16 sub-13 y 16 sub-11), efectivamente participaron 12 jugadores lo que arroja un porcentaje global de participación de 37.5% (12 /32). Consideramos que de haberse especializado en dobles a las raquetas 3 y 4, situación perfectamente trabajable dado el enorme tiempo de trabajo con el que se conto (6 meses), el grado efectivo de participación de los niños hubiera crecido significativamente, y de este modo se hubiera podido cumplir con uno de los objetivos principales, cuando se es organizador de este tipo de torneos que son en esencia de naturaleza promocional (ya que estas categorías no son clasificatorias a nada ni otorgan ranking mundial), como es el de buscar foguear a la mayor cantidad de jugadores posibles. Adicionalmente y en ese sentido, la falta obligada a sus colegios de los jugadores debido a la competición no tenia mucho sentido práctico dado que solo estaba inscrito en el evento por equipos la mitad del equipo y el resto (16 niños) jugaba recién a partir del 3er dia (viernes 22/6) en el evento de dobles. Habría valido más la pena este sacrificio si quizás en paralelo, el staff de entrenadores oficial (los cubanos Reiner Baster y Tony Rosales, y el moqueguano Onán Encinas) disponían el entrenamiento paralelo de los jugadores no involucrados en el evento por equipos, pero no fue así, siendo más bien la consigna la de “hacer barra” a los compañeros, situación deseable pero para la que no fueron convocados a un seleccionado y que arriesgaba su forma deportiva para cuando le llegara el momento de debutar. Esta situación se llevo al límite con el consiguiente desarreglo en un grupo de deportistas de elite, cuando el almuerzo del tercer día se realizó a las 4 p.m. puesto que se dispuso que este debía esperar hasta que todos los participantes del evento de dobles culminen con sus partidos (¿no podían almorzar por grupos?).
